GERMAINE DERBECQ

ARTES PLÁSTICAS

SE DICE QUE...

Texto del Jueves 25 de Abri de 1968 a las 21:50hs.

Por Germaine Derbecq


SE DICE QUE... Dos Presidentes de la República y una presidente fueron los instrumentos del destino que cambiaran por completo la vida llena de acontecimientos imprevistos del escultor Pablo Curatella Manes.


Y es verdad.

En 1911, el Presidente Victorino de La laza conmovido por una medalla con su efigie que le había obsequiado Curatella Manes , maravillado de su ejecución, comprendió que ese joven -tenia entonces 20 años era uno, fuera de serie, y que había que ayudarlo a ir a Europa como él le deseaba. A pesar que no había becas para los estudiantes de bellas artes de la: Provincia de Buenos Aires, "No importa" dijo el Presidente "se le creará”. Y así fue.

Lo gracioso del asunto es que para muchos, Curatella era el alumno más rebelde de toda la República, siempre en revuelta con sus profesores, los cuales lo echarán de la Escuela de Bellas Artes.


En 1926 el Presidente Alvear por telegrama dirigido al gran maestro Bourdelle le contestó que Curatella Manes era nombrado canciller a la Embajada Argentina en Paris.

El Presidente conocía a Curatella, cuando Bourdelle hacía el retrato de Alvear. Curatella venía a menudo para romper la monotonía de las pausas. Una verdadera simpatía se había establecido entre estos dos seres que todo parecía separar.


En 1947, Eva Perón en su gira aérea en los países europeos, pasó por París. Poco después de su llegada un incidente fútil fue el pretexto para trasladarlo a Noruega.


No era más cuestión de proteger a las artes.


Ahora hablaremos más de las consecuencias de estos hechos que de la circunstancias. A pesar de que las circunstancias fueron a menudo bastante divertidas, dignas de las cintas cinematográficas de esa época. El buen muchacho siempre fue recompensado pero a veces también castigado cuando venía una hada mala.


La beca de 1911 permitió a Curatella afirmar su vocación de escultor, conocer más que obrar -tenía ya demasiado conocimiento de oficio y poco de arte- andar por los lugares célebres de toda Europa. Desarrollar su sentido crítico, conocer los más grandes artistas de la escultura contemporánea, hacerse amigos de ellos y más aun de los grandes arquitectos y poetas del momento.


El nombramiento en la Embajada, a pesar de todos los inconvenientes que esto comportaba: cambio completo de forma de vida, largas horas de oficina, pocas vacaciones, eran todavía mejores condiciones para perseguir sus experiencias plásticas que regresar a Buenos Aires.

Curatella había podido dar ya a su obra un rumbo fundamental, pasando del bloc, de las esculturas pesadas, encerrando el espacio, participando con él, donde vacíos y llenos tienen la misma importancia. Y eso con un vuelo lírico fuera de los tiempos presentes.

Para darse cuenta de lo extraordinario de este salto en el tiempo, habría que instalarse en la época, y considerar qué eran los escultores de entonces y cómo eran las obras y cómo era el ambiente.

Hacia 1907, Picasso había abierto una escultura, la llamada “El Vaso de Ajenjo”, a su lado el escultor Archipenko ejecutaba objetos juguetes hechos en madera, en vidrio, en alambre y tantas otras cosas, de colores llamativos como el celebre "Medrano". Después casi todos los cubistas, pintores y escultores, han hecho también de estas construcciones. Eran para ellos como ejercicios de desintoxicación un medio para olvidar el oficio tradicional y ganar libertades. La obra en sí no era el objetivo sino las comprensiones ganadas a través de ellas. Claro que ahora para nosotros la obra es esencial, porque fue hecha con intenciones esenciales y como tal quedarán como grandes obras de esa época.

Pero, y es a esto que yo quería llegar, nadie conocía estas obras y nadie le daba importancia, y ni siquiera veían claramente lo que podían traer. La prueba es que después de la guerra de 1914, en el remate de las obras de la galería Kahnweiler n secuestradas porque el dueño era alemán, nadie les compró, ni siquiera el dueño mismo.

Pero fue el gran crítico Maurice Raynal que las llevó casi todas a un precio baratísimo. Y mismo él, tan clarividente en todo, si bien estaba encantado de tenerlas en su casa y si les gustaban muchísimo no es bien seguro se las viera como obras de arte. La prueba es su libro sobre Archipenko que escribió en 1920, donde se interesa mucho más de los mármoles que de las construcciones. Pues si Archipenko fue tan original desde el principio, fue también el primero a entrar en la reacción.


En realidad desde ya el fin de la guerra el clima plástico estaba en reacción, incluso los artistas de la revolución: Picasso, mundano, aburguesado después de su casamiento con la bailarina rusa, hace retratos realistas de su mujer y de su hijo, Braque y Gris y Le ger vuelven a una figuración, Laurens vuelve a los volúmenes, Lipchitz vuelve a Rodín.

Me hacía reír un artículo que decía que un artista argentino de había puesto en París en la escuela del cubismo. No se lo que quería decir eso.


Los cuadros cubistas casi no se veían nunca en ninguna parte, salvo en pequeñas galerías misteriosas reservadas a ciertos iniciados. Cuando en la Galería Paul Rozember, galería celebre, a la vista de todos en la calle de La Boetie, si el visitante no tenia una carta de visita representando un respetable cuento en banco, no le mostraba nada.

Todos debían contentarse con la exposición anual en esa misma galería con los tenores del movimiento entonces lejos del cubismo. Las revistas eran escasas y no publicaban sino los acontecimientos de los salones , un academismo moderno que parecía conformar a todos. Y cuanto a los artistas cubistas no se encontraban los cafés an Montparnasse -los monparnos eras todos los otros- ellos defendían bien la puerta de los importunos. Era un verdadero privilegio estar de sus amigos. Ese privilegio Curatella lo ha tenido. Pero en el momento que la amistad de ellos hubiera, sido más necesaria, así como lo quiere las inexorables contradicciones de la vida, todos gritaron "Gasse cou! (Peligro!) cuando vieron las nuevas esculturas espaciales.

El Bueno Laures le decía con su acento de muchacho de los barrios: “Manes, te vas a romper la trompa", Gris más aristocrático, “Manes, usted va demasiado rápido", y Raynal conciliante “Espera un poco para mostrarles".

Manes les contestó "pónganse contentos todos, no tengo un centavo más, debo irme a París y rompo todo”. Y una de estas esculturas se quedó en pedazos, en uh rincón del taller durante mucho tiempo.


Una escultora argentina que vino veinte años después cuando supo esto formuló doctamente que “un gran artista no puede dudar de si mismo". Alguien le contestó "Después de veinte años todo es fácil para ustedes los caminos están abiertos, listos, cómodos como para pasear, sus obras le dicen claramente tan buenas que sean, no han traído nada nuevo. En ese tiempo era la aventura con todos sus riesgos”.


Hacía 1925, Picasso a ese momento enamorado de una escultora hace también esculturas. Pequeñas esculturas construcciones de madera y de metal, en planos superpuestos y formas todavía bastante geometrizantes. Cierto, participan del espacio. Es decir que lo quiera o no la esculturas de Pablo Curatella Manes hechas entre 1924 y 1926 fueron de las que abrieron los caminos.


El nombramiento de Curatella en la Embajada salvó las esculturas espaciales de la destrucción y del olvido completo. Los amigos habían reflexionado, no protestaban más. Maurice Rayna1 publicó en el Intransigeant una foto de Ícaro, y la vida continuó.


Pero Curatella no ha continuado con las experiencias espaciales sino con las de estructuración que le llevaron hasta los altos relieves Tierra Argentina y Los Dos Hemisferios que decoraban el hall del Pabellón Argentino en la Exposición Internacional y Universal de París en 1937.

Estos altos relieves, así que un bajo relieve de Laurens para la fachada de una escuela u Guernica de Picasso al Pabellon Español eran las Únicas obras plásticas nuevas de toda la exposición.

Durante la Segunda Guerra, continuó la búsqueda de un prototipo cuando 1a encontró la llamó Estructura Madre: tenía los tres planos de profundidad en una perfecta continuidad, condiciones de toda verdadera, escultura.


De esa estructura nacieron siete esculturas, es decir el desarrollo de la estructura según nuevas intenciones formales dinámicas o estáticas, a realizar con materiales diferentes.


Después de la Guerra, hacia 1947, una gran actividad reinaba en el mundo plástico. Se reorganizaban los museos, se abrían nuevas galerías, era verdaderamente una era nueva que empezaba, era el momento para Manes -como se le llamaba en Francia- de colocarse definitivamente en el lugar que su obra merecía.

Pero, es a ese momento preciso hacia Noruega.

No hay duda que dos Presidentes de la República y una Presidente fueron los instrumentos del destino que cambiaron por completo el curso de la vida de Curatella Manes.

SE DICE QUE...

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