GERMAINE DERBECQ

LE QUOTIDIEN

3 de Agosto de 1956

TORRES AGÜERO EN BONINO

Por Germaine Derbecq


Torres Agüero en Bonino


Las obras de Torres Agüero, al igual que las de algunos otros pintores argentinos reconocidos, son en gran parte de tendencia figurativa, un naturalismo que se ha permitido muchas libertades, incluso las de ser abstracto, habiendo renovado su estilo ante las obras de grandes maestros y de importantes movimientos plásticos que se fueron sucediendo desde hace un siglo.


arte— que podrían hacer suponer una revisión de valores y sobre todo una atención muy especial aportada por una visión personal. En este debate del artista con la impresión, la expresión, la idea estética y la técnica, se despejaba un acento de sinceridad muy simpática en este tiempo de pintura para el fanfarroneo. Sin embargo, en esta nueva exposición no encontramos casi rastros de estas buenas intenciones. Como si el pintor, cansado de no haber sido comprendido, hubiera hecho suyas las palabras del buen gusto de la mayoría, realizado cuadros construidos, bien pintados, con colores agradables, ejecutados con un despliegue de conocimientos y un abandono tácito de sus dones evidentes, a fin de realizar una “bella exposición”. Para casi todo el mundo, habrá tenido éxito. Es que los recursos empleados por los pintores figurativos modernos “al día” son mucho más plásticos que en cierto tiempo de academicismo de Bellas Artes y pueden ilusionar a algunos. El talento que Agüero desplegó para realizar estos veinticuatro cuadros no satisfará a los que esperaban de él victorias menos fáciles o búsquedas más profundas.

Agreguemos además un pasaje significativo del prólogo que podría ser el índice de una confusión bastante frecuente entre el arte y la técnica: “Ciertas pinturas de esta exposición me han recordado los fabulosos Turner de la Tate Gallery”. Y me doy cuenta ahora cual es la razón de su debilidad. Les falta a estos paisajes irreales, que podríamos situar en el arte abstracto de nuestros tiempos, un deseo constructivo, una disciplina espacial…

Aunque no le guste al prologuista, la construcción de los cuadros de Turner por el color y el equilibrio de las masas era exactamente el que le convenía.

En cuanto a la disciplina espacial, podemos aprender mucho todavía de los espacios infinitos magistralmente recreados por el maestro inglés.


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