GERMAINE DERBECQ

LE QUOTIDIEN

INSTANTANEAS PARISINAS: UNA INAUGURACIÓN MUY PARISINA

Por A. de S.


Instantáneas parisinas: Una inauguración muy parisina


Cuando se trata de una inauguración, y en particular la de un extranjero cuyo estilo ha sido blanco de tantos comentarios en la prensa, las pinturas y los aficionados del arte se encuentran como miembros dispersados de una familia.

A pesar de la lluvia tan detestada por los porteños, numerosas eran las personas que se habían dado cita el lunes a la noche en la Galería Bonino en la que estaban expuestos los cuadros de Georges Mathieu, pintor francés de 38 años.

Ya desde la entrada, delante de las fotos de Mathieu, tomadas durante el curso de sus numerosas giras alrededor del mundo, y que lo muestran en plena acción, la discusión es importante.

En el interior, una atmósfera densa. Calculo unas cuatro personas por metro cuadrado.

Un gran hombre joven, pro Mathieu sin dudas, saluda a un exegeta del Dodecafonismo con estas palabras: “¡Está directamente inspirado por nuestra música!”. Obtiene una exclamación aprobadora como respuesta.

A propósito de la música, una bella seguidora, de mirada lánguida, pasa justo por ahí y comenta: “¡Pero es sencillamente un Debussy!”.

Un poco más lejos, un grupo está inmerso en un debate vehemente sobre lo figurativo y lo no figurativo.

Mi progresión hacia los cuadros es lenta. Muchas manos para saludar. Percibo los primeros rostros “oficiales”: el arquitecto Samuel Oliver, secretario del Museo de Bellas Artes, el Sr. Rafael Squirri, director del Museo de Arte Moderno, el agregado cultural de la Embajada de Francia, el Sr. Jean Dadieu, y su esposa.

Hice una parte del camino con el escultor Curatella Manes que me confiesa que “es un artista del que se hablará durante mucho tiempo en Buenos Aires”.

La Sra. Wrede, una pintora parisina muy solicitada por las casas reales europeas, observa e intercambia luego algunas opiniones con nuestra crítica, Germaine Derbecq. De a poco se van acercando Héctor Basaldúa, Horacio Butler, Raquel Forner, Alfredo Bigatti, Clorindo Testa, Kasuya Sakai —con su mujer a su lado, en Kimono, lo que aporta una nota exótica—, y Miguel Ocampo.

Al lado, los jóvenes pintores Fernando Maza, Mario Puccarelli, Julio Noé, Rómulo Maccio, y muchos más, que parecen emocionados. ¿Les gusta Mathieu, no les gusta?

Manuel Mujica Láinez, muy escuchado, me dice rápidamente cuando paso a su lado: “Me gusta esto”.

Finalmente, pude abordar al maestro, de silueta ascética, que imperturbable se concentra con la crítica de Ernesto Ramallo.

En resumen, asistimos en Buenos Aires a una inauguración muy parisina.


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