LE QUOTIDIEN
13 de Abril de 1954
COMIENZA LA TEMPORADA 1954 EN LAS GALERÍAS
Por Germaine Derbecq
Comienza la temporada 1954 en las galerías
Se abrieron dos nuevas galerías en Buenos Aires: la Galería del Teatro “Los independientes” y la Galería Comte. Es una costumbre comenzar a actividad de una galería presentando un conjunto de obras elegidas entre los artistas más representativos del momento. Para no romper con la costumbre, las dos galerías presentaron un grupo de pintores de tendencia no figurativa,[1] invitando casi a los mismos artistas.
El crítico de arte Eduardo Balari, quien dirige la Galería de los “Independientes”, presenta diez pintores: Soldi, Presas, Seoane, Svanascini, Torrallordana, Venier. Artistas que justamente no se encuentran muy bien representados. En cambio, algunos llaman la atención: unas pequeñas acuarelas de Battle Planas, abstracción fina y sensible, de un trabajo simple y definido; las dos pinturas de Ideal Sánchez, inteligentemente ordenadas; el cuadro intitulado La ville de Abel Laurens, con un ritmo vertical, muy prominente, que aprisiona bien las modulaciones de colores.
En la Galería Comte, es un conjunto de veintitrés pintores, entre los que se reconocen a Presas, Agüero, Russo, Garavaglia, Forte, Barragán, Pierri. El cuadro de Ideal Sánchez, aunque no está logrado en todas sus partes, marcan un esfuerzo de renovación. Esta artista sigue su camino con prudencia y reflexión. En cuanto a Bruno Venier, sigue instalado en una peligrosa seguridad. El cuadro que envió es armonioso gracias a una gama de colores reducida a la mitad del círculo cromático, lo que es todavía ampliamente suficiente con las variaciones de todos los amarillos, todos los azules, todos los verdes, distribuidos con brío. Svanascini dibuja grafismos en unos compartimientos cuadriculados del lienzo, todo pintado en escala con empastes y líneas grabadas. El conjunto es agradable. Torrallordana tiene un cuadro hábilmente compuesto por una curiosa realización falsamente ingenua y la pequeña pintura de Battle Planas que representa un extraño personaje, como solo los sabe inventar este artista.
La Galería Comte está integrada en un local de decoración. Los que vendrán a elegir su mobiliario podrán al mismo tiempo elegir pinturas y tener de esta manera obras de calidad.
Estos locales podrían haber intentado una experiencia que apenas han dejado vislumbrar: llamar a artistas para colaborar con ellos y realizar pinturas murales adaptadas a cada arquitectura y amoblamiento y no solamente poner cuadros colgados sobre un diván o una cómoda. Una exposición de ese tipo habría sido atractiva para el público y un campo de experimentación para los artistas. Muchas veces no sabemos cómo comenzar a poseer cuadros y esculturas modernas en nuestros hogares; sería muy interesantes poder demostrar de qué manera podemos hacerlo y al mismo tiempo qué alegría y qué harmonía los artistas podrían crear en los interiores de las casas de nuestros tiempos.
En la Galería Galatea, exposición de arte prehistórico
Esta galería, bien simpática, se esfuerza por presentarnos exposiciones significativas. Aquí radica el lado interesante de las galerías de arte. Hoy, nos presenta la pintura de Sameer Makarius, que se ocupó de generar temas de arte prehistórico. Está bastante bien logrado. Bajo la forma de una aguada o acuarelas, este artista dibujó sobre el fondo de papeles coloreados motivos tomados de las grutas prehistóricas de diferentes épocas: franco-cantábricas, levantinas españolas, norafricana, etcétera.
El espíritu está bastante bien respetado, los ritmos comprendidos, los vacíos elocuentes, el dibujo elegante. Es una hermosa exposición, viva y llena de enseñanzas.
En la Galería Viau: pintores y estampas de China
Esta exposición organizada por la Asociación Argentina de Cultura China, está comprendida por acuarelas del pintor contemporáneo Chi-Pai-Shih y papeles recortados, que son nuestros esténcil.
Luego de la prehistoria, Asia nos invita. Nos invade una impronta de frescura y de juventud, aunque no se trate para nada de una cuestión de obras ingenuas. Son clásicas dentro de su estilización, véase incluso académicas, pero la observación de la naturaleza aparece a pesar del grafismo profesional y del sabio oficio. Están muy lejos de la calidad plástica de los dibujos prehistóricos, pero se desprende de ellas una lección de simplicidad.
Entre las plantillas presentadas, los motivos ornamentales son muy fríos. En cuanto a los personajes, podríamos confundirlos con miniaturas. Los colores son frescos y vívidos, pero sin un gran interés plástico ni sabor popular. Estas plantillas suelen emplearse para decorar los interiores de los hogares. Es una expresión de arte popular. Algunas de estas plantillas son muy complicadas y necesitan la superposición de varias planchas para cada color. Solo la paciencia y la precisión china pueden lograr semejante perfección en este oficio. El arte moderno podría renovar el recurso de las plantillas que ha caído, para nosotros, en la mediocridad.
En la Galería Muller: exposición de grabados
Se trata de grabados ingleses y franceses del siglo xvii y xviii. Los que nos interesan particularmente son los de Rembrandt y los de Durero.
El conjunto expuesto no representa más que una pequeña parte de la tan importante colección que posee esta galería. Siempre es interesante poder consultar testigos del pasado. Tanto el oficio de Rembrandt como el de Durero son insuperables.
Estos artistas tenían todos los conocimientos y sabían mantener ese espíritu de invención que renueva el arte. El grafismo de uno se encuentra muy alejado de los claro-oscuros del otro. Es el eterno conflicto entre los contornos y los valores, y ambos pintores nos prueban que, sin importar el medio utilizado, es posible lograr el mismo nivel de riqueza.
[1] Erratum: se trata de “un grupo de figurativos modernos” (ver artículo de Le quotidien del 20 de abril de 1954)