GERMAINE DERBECQ

LE QUOTIDIEN

18 de Mayo de 1955

TRADUCIENDO EL ALMA DE LAS COSAS, VICTORICA LOGRÓ LA MÁS ALTA CALIDAD PICTÓRICA

Por Germaine Derbecq


Traduciendo el alma de las cosas, Victorica logró la más alta calidad pictórica


En el mes de febrero falleció en Buenos Aires, en su casa de La Boca, Miguel Carlos Victorica, que dedicó su vida a la pintura con un extraño fervor.

Hubo exposiciones retrospectivas de sus obras en la Galería de la Sociedad Hebraica, en el Salón de Santa Fe, y se pronunciaron conferencias para rendirle homenaje a su gran talento.

Entre los pintores argentinos de su generación, Victorica es incontestablemente el que logró la mayor calidad pictórica.

Aunque es de formación académica, se orienta hacia el impresionismo, un impresionismo mitigado, es cierto, pero que sin embargo le permitió liberarse de la escuela: simplificando el tema, modulando a través del color, sugiriendo más que dibujando.

Gracias a una beca que le fue acordada en 1911, se estableció en París, en donde trabajó con Desiré Lucas. Luego, se encontró con nuevas directivas, no al lado de los cubistas o de los futuristas —lo que podemos sospechar—, que estaban en plena batalla, pero al lado de un grupo de pintores a los que llamaban “intimistas”, y particularmente cerca de Vuillard, con quien Victorica tenía una identidad de anhelo.

Como ese pintor, apreciaba los cromatismos atenuados, en los que los ocres dominaban con fragmentos de colores más ricos y, sobre todo, al igual que él, encontraba placer en traducir el alma de las cosas. Pero al encontrarse con Vuillard, no empleó más que gamas muy reducidas, no se preocupó, por así decirlo, de la técnica y menos aún de la teoría. Victorica fue en realidad muy poco sensible a las influencias, no podía ser fiel más que a él mismo, a la inestabilidad de sus impresiones. También fue durante toda su vida un investigador apasionado, no de los descubrimientos plásticos, sino de la expresión más absoluta de sus emociones. Creó obras poderosas, como Cristo en la cruz, expuesta en la muestra de Arte Sagrado en Gath y Chavez, y la Partida de Canasta, presentado en su última exposición en Bonino, en donde la plástica va de la mano con su indudable sensibilidad.

Victorica podría habernos dado todavía bellas obras; la edad y la enfermedad no alteraron en absoluto la calidad de su pintura. Al contrario, en los últimos años se percibía una unidad más completa.


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