GERMAINE DERBECQ

LE QUOTIDIEN

19 de Mayo de 1955

GISCHIA EN GALATEA

Por Germaine Derbecq


Gischia en Galatea


Gischia forma parte de un grupo de pintores que comenzó a hacerse conocido en París hacia 1932.

Se cuenta que Picasso, visitando una exposición de estos artistas, en compañía de un colega, célebre también, habría gritado: “Ahora, somos padres”.


Fue en efecto un destino formidable reservado a estas jóvenes personas: ser hijos de un padre genio.

Para ellos, la única solución de continuidad posible no era la de hacer obras terminadas, sino de despejar la significación profunda abriendo nuevos caminos. Es lo que intentaron hacer los artistas abstractos.

Gischia prefirió retomar los hallazgos de ciertos artistas como Matisse y Leger, esperando sin dudas a descubrir nuevas leyes. Se mantuvo entonces figurativo, e incluso bastante realista, como lo demuestran las búsquedas de personajes en curvas y contra curvas que practicó durante un cierto tiempo. Por supuesto, un realismo reinventado, ya que Gischia es ante todo un plástico y en el momento que toma elementos de la naturaleza, los somete a las exigencias del cuadro y los transforma según sus ritmos.

Dueño de conocimientos muy reales y bien meditados, aptitudes excepcionales para la síntesis, persigue objetivos precisos sin buscar nunca una escapatoria, lo que es bastante raro. Sin importar el modo de expresión que utiliza, concibe y ejecuta sus obras con claridad. Sus mayores cualidades son la justa distribución de los valores, la ingeniosidad de la organización y la hermosa luz pictórica.


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