GERMAINE DERBECQ

LE QUOTIDIEN

3 de Agosto de 1955

LAS EXPOSICIONES: BADI EN BONINO | MACHI EN LA SOCIEDAD HEBRAICA | PRESAS EN ANTIGONA

Por Germaine Derbecq


Las Exposiciones


Aquiles Badi en Bonino


Las pinturas de Badi son cuadros ordenados con un conocimiento de la tradición del cual se sirve con virtuosidad. Son paisajes compuestos, espectáculos, escenografías puestas en escena por un director muy experto, alcanzando algunas veces un lirismo cuando es atrapado por la visión de los grandes cielos nublados o por las perspectivas de una Venecia de fiesta.

Incluso los temas intimistas evocan el teatro o la comedia. No a causa de los trajes, sino más bien por la manera de destacar los personajes y las formas.

En sus últimos cuadros, tenemos la impresión de que estaría dispuesto “a dejarse sorprender por la naturaleza” y que no le exigiría someterse tan rigurosamente a su voluntad.

Sin dudas, a fuerza de trabajo, de experiencias, de meditaciones, a fuerza de interrogar los motivos y los maestros, Badi comprendió que hay que saber olvidar mucho de lo que uno sabe para dejarse conducir por la intuición absoluta. Entonces, la técnica se modifica y de maestra pasa a estar al servicio.

Cuando Cézanne decía que “querría hacer las naturalezas de Poussin” cuando intentaba arrancarles los secretos a los paisajes, es se apegaba a las búsquedas en un orden más estético que plástico.


Esculturas de Machi en Hebraica


Maillol dijo un día: “Lo difícil es escaparle a la naturaleza. La naturaleza es decepcionante: si la mirara menos, no la haría más real, la haría más verdadera. Hay que ser sintético, hay que obtener veinte formas a partir de una sola, como lo hacen los escultores negros.

Estas observaciones de un gran escultor y de un gran espíritu podrían ser analizadas por Machi que está preparado para recibirlos. Dueño un buen oficio, ya ha realizado intentos de evasión, incursiones interesantes hacia un arte que, siendo representativo, ya es sintético, expresivo y plástico.

Pero, a juzgar por las apariencias, se encuentra en un momento crucial. En su obra, las figuras presentan, en ciertas partes, generalmente en las cabezas, algunas deformaciones obligatorias por los planos y la luz, aunque los cuerpos están solamente esquematizados sin ninguna transposición. Seguramente, Machi duda rechazar costumbres seculares por sentir que no responden a las intenciones estéticas. Pero antes de embarcarse en caminos desconocidos, procede con extrema prudencia. Sin importar la dirección que tome, figurativa o abstracta, encontraremos sin ninguna duda todas las mismas cualidades y los mismos dones: el equilibrio y la elegancia de las formas, la delicada sensibilidad, el sentido de la construcción y de los planos.

Es él quien tiene que saber si se animará a traspasar esa etapa de talento, lo que le costará peligrosas investigaciones plásticas, pero al mismo tiempo le permitirá alcanzar un arte más absoluto.


Presas en la Galería Antígona


Presas es uno de los pintores figurativos valorados de la nueva generación. Entre las obras que presenta, los dibujos parecen ser los más logrados. Las formas se desvanecen en un espacio suficiente, las relaciones están bien consideradas, el grafismo expresa formar y colores. Así mismo, cuando nos propone un dibujo y una pintura sobre un mismo tema, no es una demostración convincente, ya que necesariamente un dibujo que ya expresa el color no puede estar recubierto de pintura sin haberse modificado.

En sus dibujos encontramos algunas veces a Picasso, mientras que en sus témperas ejecutadas con gamas de colores fríos y misteriosos, en el contorno de los rostros y en los enormes ojos, percibimos reminiscencias medievales —efectos de vitral o de esmaltes—. Presas está visiblemente preocupado por encontrar su estilo. Lo busca allí donde cree que es el mejor lugar para encontrar lo que necesita, como ejemplo y como confirmación.


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