GERMAINE DERBECQ

LE QUOTIDIEN

29 de Septiembre de 1955

LAS EXPOSICIONES: VENIER EN PLÁSTICA | TORRELLARDONA EN GALATEA

Por Germaine Derbecq


Las Exposiciones


Venier en Plástica


Venier continúa a trabajar en una revisión de valores pictóricos, a fin de poder dominar su inclinación a la sobreabundancia, debida esta a una multiplicidad de sensaciones que no podía más controlar y que habría podido hundirlo un día.


Parece haber logrado revertir la situación retomado el mando del encargo ya que parece ahora muy decidido a sacrificar muchos efectos para lograr su estilo. Este estilo de la composición decorativa que fue ilustrado por tantos grandes pintores italianos, para los cuales, por sus orígenes sin duda, Venier tienen una atracción particular.

Perseverando en la vía de las renuncias, en la cual se comprometió desde hace algún tiempo, adquirió ya algunos resultados muy apreciables. Manejando zonas de descanso, los grafismos pasan a ser más elocuentes. Reduciendo los numerosos colores a algunas gamas sobrias, las vibraciones coloreadas son más eficaces. Sin empobrecerse, bien por el contrario, Venier logra más unidad.


Torrellardona en Galatea


Las pinturas que presenta Torrellardona son todas diferentes entre sí. Podrían hacer pensar en la desidia del artista: pintar cualquier cosa, de cualquier manera. Sin embargo, ciertos indicios muestran que hay preocupaciones técnicas que se imponen, contrabalanceados, es cierto, por una suerte de temor de emplear recursos muy definidos que podrían, como decía Cézanne, “ponerle un anzuelo encima”. También, trabaja un poco con todo con las calidades del oficio propias de un pintor realista. Un material denso, pesado, que no busca gustar, pero sí ser real, esculpiendo con los negros, afirmando con los tonos coloreados pesando, realizando composiciones en donde hay poco espacio, sobre todo ambiente, como por ejemplo los interiores de los cafés y los jugadores de billar.

Tomar prestadas técnicas probadas, no implica necesariamente la renuncia de encontrarse él mismo. Es un medio para quemar las etapas de un camino ya despejado para llegar al punto en el que otros artistas se han detenido. Y es partiendo de este punto que puede comenzar la búsqueda personal para los que aspiran a superarse.


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