GERMAINE DERBECQ

LE QUOTIDIEN

22 de Junio de 1956

INTERCAMBIOS CULTURALES ENTRE ARGENTINA Y LOS ESTADOS UNIDOS

Por Germaine Derbecq


Intercambios Culturales entre Argentina y los Estados Unidos


Viaje de Amancio Williams a los Estados Unidos


En agosto de 1955, el Departamento de Estado y el American Council of Education invitaron al arquitecto argentino Amancio Williams a ir a dar sus conferencias en las principales ciudades y universidades americanas.


Y recién en marzo de 1956 volvió con nosotros. Williams, que es un ferviente adepto del CIAM, el grupo internacional de arquitectos y urbanistas que reúne lo más grandes nombres del arte de construir, y de los cuales los trabajos están condensados en un libro célebre: La Charte de Atenas, verdadero breviario de los constructores contemporáneos, aportó sus ideas personales sobre el fondo de los principios sólidos. En el marco de la síntesis de estos dos aportes, Williams expuso el estado de sus investigaciones y de sus creaciones —no solamente en el ámbito arquitectónico y urbanista, pero también técnico, estructural y plástico— delante de un público muy diverso en las principales ciudades americanas y, sobre todos, antes estudiantes de las universidades más importantes como Harvard, Princeton, Oklahoma, Pensilvania, el Instituto Tecnológico de Massachussets y el de Illinois, etcétera.

Al mismo tiempo, exposiciones de sus obras ilustraban sus charlas, y el Museo de Arte Moderno de Nueva York presentó algunos de sus trabajos durante el curso de la gran manifestación que conmemoró el Día del Urbanismo Internacional.

El viaje de Williams englobó más de veinte ciudades importantes, y más de diez universidades, y puede ser considerado como una embajada cultural y espiritual de gran importancia; sobre el plano nacional es igualmente significativo. Podemos recordar que, hace apenas cincuenta años, un estudiante que aspiraba convertirse en arquitecto debía obligatoriamente ir al extranjero, ya que no había escuelas de arquitectura en el país. Sin embargo, hoy en día, Argentina cuenta con arquitectos valorados y entre estos últimos, Williams es considerado como uno de los más valientes para las investigaciones desinteresadas que sigue desde hace diez y siete años, que dan testimonio de sus ideales elevados, de su intuición del asunto arquitectónico, de su imaginación creadora y de sus conocimientos extensos.

No obstante, hay que decirlo, y no puede estar orgulloso por eso, Williams no realizó una sola obra importante en su país. Sin embargo, no solamente en América, pero en Europa también se interesan en sus trabajos. El año pasado, en París, una comunicación estaba en curso en la Sorbona, sobre sus investigaciones acústicas y sus aplicaciones a una sala de concierto de estructura enteramente nueva.

Estos últimos años, consagró gran parte de su tiempo a los estudios de planificación: planos de Buenos Aires, del aeropuerto, planos de Córdoba, de Corrientes, del Delta, de la Patagonia, de transportes y comunicaciones, etcétera. Obra muy importante que se puede considerar vital si uno se refiere a las estadísticas que prevén que de aquí a veinte años la populación será de treinta millones de habitantes.

Es interesante señalar que una de las características de los trabajos de Williams es la aplicación de descubrimientos científicos a realizaciones prácticas. Es por este lado que desarrolla los temas de sus conferencias, lo que, según los comentarios de la prensa americana, despertó un gran interés.


“Un siglo y medio de pintura argentina” en la Galería Nacional de Washington


Esta exposición, que tuvo lugar el 17 de abril último, se proponía ofrecer un panorama del arte pictórico en Argentina a partir de principios del siglo xix, con los pintores venidos de Europa de 1800 a 1870, que han contribuido a la formación de la conciencia artísticas del país y de los cuales los más importantes fueron Pellegrini, Morin, Monvoisin, Pueyrredón, hasta la generación que desde 1870 a 1908 va a perfeccionar sus estudios pictóricos a Europa con los maestros tradicionales de Bellas Artes. A través es estas enseñanzas, el realismo de Courbet influencia a esta generación. En Sívori, es un realismo socialista, en La Cárcova, un realismo mundano. Es luego entre 1900 y 1924 que va a prevalecer la influencia impresionista y post impresionista, y para algunos, como Fader y Quirós, esta influencia se superpone al realismo, mientras que, para otros como Malharro, De Navazzio, Thibon de Libian, más sutilmente, pintores y artistas, será un pretexto para investigaciones de estilo. Finalmente, de 1924 a nuestros días, el período “moderno” con las influencias futuristas y cubistas, cuyo mejor representante es Pettoruti, el Fauvismo que marcó a Del Prete, la influencia de la Escuela de París —o la tradición de museo, aplazada al gusto del día—, detectable en Spilimbergo, Basaldúa, Butler y Raquel Forner. Finalmente, las jóvenes generaciones orientadas hacia la pintura europea más avanzada, y en la que podemos distinguir dos tendencias: los figurativos como Seoane, Venier, Sánchez, Agüero, Presas y Barragán, y los abstractos como Clorindo Testa, Eduardo Jonquières y el Grupo de Artistas Modernos de tendencia concreta como Hlito, Fernandez Muro, Sarah Grilo y Ocampo.

Esta exposición, que es una de las más completas que haya salido jamás del país, y que fue organizada y enviada en un tiempo récord con capitales (135 000 pesos) pocas veces otorgados para una exposición de pintura, fue patrocinada por altas esferas y de esta manera no conoció las vicisitudes y las mezquinarías administrativas habituales.

Para el público americano, será sin dudas espectacular con sus ciento diez cuadros y la diversidad de escuelas. Para las especialidades, no podrá más que ser superficial ya que no les permitirá juzgar claramente los artistas para los que, en su mayoría, no son representados más que con una sola obra. La fórmula exposición- muestra no es nunca eficaz en el extranjero. No se puede defender más que en el interior del país en el que las obras del artista son conocidas. En el exterior, no aporta más que a la confusión. Es notorio que las dificultades de selección son inmensas para estas manifestaciones, las buenas intenciones de los organizadores se topan con los ariscos intereses particulares. En cuanto a los principios democráticos, no valen gran cosa en estos asuntos. El arte es la excepción y los grandes artistas son privilegiados. Sin embargo, son solamente ellos que hay que mostrar en el extranjero si queremos que algunos destellos repercutan sobre el país.


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