GERMAINE DERBECQ

LE QUOTIDIEN

20 de Julio de 1956

LAS EXPOSICIONES: JONQUIÈRES, ARTISTAS NO FIGURATIVOS y LAURA MULHALL GIRONDO

Por Germaine Derbecq


Las exposiciones


Dibujos de Jonquières en la Sociedad Hebraica


Los dibujos realistas de Jonquières, pintor abstracto, sorprenderán a muchos de los que se interesan en la obra de este artista. Algunos verán la demostración de una bella ejecución: dibujos de manos, perfiles de piernas, modelados de bustos, composiciones con personajes, etc.


Otros pensarán que el artista, habiéndose encerrado en un círculo —para ellos—infernal de las búsquedas concretas, aprueba de pronto la necesidad de retomar el contacto con la naturaleza.

Ante todo, habría que saber que ser artista abstracto no es una actitud, sino una necesidad vital. El neo plástico Mondrian, hombre profundamente espiritual, realizó experiencias pictóricas ascéticas, cuando el inventor del Cubismo, Picasso, naturaleza sensual, bien anclada en la realidad, no habría podido seguir demasiado las experiencias realistas del cubismo.

Los dibujos de Jonquières son los de un plástico por su voluntad de organización y los de un pintor por los contrastes. No son los que hubiéramos podido esperar de un artista concreto. Nos podemos preguntar ahora si estaba listo para celebrar un matrimonio con esta tendencia. Pero los artistas tienen sus razones y hay que tenerles confianza.


Artistas no figurativos argentinos en Galatea


El arte no figurativo que pretenden practicar los jóvenes artistas es el de su generación. Están sin ninguna duda en lo cierto al rechazar retomar experiencias más o menos figurativas usadas hasta el final, hasta la prueba de lo contrario. Las que intentan hoy ofrecen posibilidades infinitas, con la condición de no instalarse confortablemente en el sillón de los descubrimientos de los otros, de no encerrarse en fórmulas y técnicas, de no olvidar jamás que, a través de ellas, está la vida, no necesariamente la de las apariencias más conocidas, pero las de realidades todavía insospechadas, que no faltarán responder al llamado de quien los buscará con fervor e inteligencia.

Álvarez, que pasó un año en Francia como becario, se afirmó a sus convicciones durante su estadía en París, pero es justo reconocer que ya se encontraba en esta vía antes de su viaje a Europa. Sus búsquedas se caracterizaron por una franqueza en los recursos y una pureza en sus intenciones que se traducen por colores límpidos, bellos en sí mismo, que el artista se esfuerza por no debilitar con contrastes, pero, por el contrario, enriquecer a través de modulaciones en las tonalidades. Algunos tonos claros, formas geométricas o simples líneas son suficientes para situar el espacio. Vardanega y Villalba, que ya han dado pruebas de su valor, no están representados más que por obras anteriormente vistas. Marta Boto es muy estricta. Makarius y Vera son más independientes. Sinclair expresa, en una escultura de materiales tradicionales, las relaciones de volúmenes y de formas.

Towas, escultor también, retoma con buenas intenciones las experiencias de las construcciones espaciales, pero le falta precisión y precisión en la ejecución.


Laura Mulhall Girondo en la Sala V


Hace dos años, esta artista hacía su primera exposición. Había presentado pinturas en las que se podía encontrar lo mejor y lo peor. Al lado de errores groseros y de torpezas evidentes, había impresiones sensibles de la naturaleza bastantes auténticas. Incluso intenciones plásticas que provenían, sin dudas, de consejos de Lhote, con quien ella había trabajado. No obstante, con los recursos muy precisos que este profesor les da a sus alumnos, el menos inteligente y el menos pintor hace un cuadro en un santiamén, lo mismo para las exposiciones, no hace falta decirlo. Laura Mulhall Girondo retenía la atención porque no estaba dentro de estos alumnos. Había en algunas de sus pinturas una frescura y una ingeniosidad de buen gusto.

Esta nueva exposición confirma sus buenas intenciones. La naturaleza meditativa, la intuición plástica y la sensibilidad de esta artista le permitieron alejar los errores más gruesos, y con prudencia, para no confundirse, se apoyó en obras que podrían muy bien ser las de Klee. Los campos de La pampa, las vacas, los vastos cielos en todas las horas del día son los temas repetidos incansablemente, pero no cansan, ya que ella los renueva bastante ingeniosamente.


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